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Región

Por qué este año es clave combatir al mosquito “Aedes aegypti ”

El peligro de no hacerlo es que se registre un brote de zika, enfermedad que conlleva el riesgo de complicaciones severas. En las embarazadas, puede producir malformaciones graves en el feto.

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Aunque siempre es importante evitar la multiplicación de los mosquitos para prevenir la propagación de las enfermedades transmitidas por ese vector, este año es fundamental mantener a raya al Aedes aegypti . El principal riesgo se vincula con la probabilidad de que, en los próximos meses cálidos, el zika deje de ser una amenaza en Argentina y se convierta en un problema sanitario complejo, tal como viene ocurriendo en otros países de la región.

La preocupación se centra, en el caso del zika, no tanto en la infección en sí misma –es asintomática en alrededor del 80 por ciento de los casos–, sino en las severas complicaciones que acarrea por el síndrome de Zika congénito, si se contrae durante el embarazo, y por el síndrome de Guillain-Barré, en el caso de la población general, tanto en niños como adultos, según advierten los expertos.

Hasta el momento hay en el país cuatro casos confirmados de embarazadas que contrajeron zika, una de ellas con residencia en Córdoba, aunque se infectó en Bolivia, y otros tres casos probables, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. Además, el Ministerio de Salud de Misiones investiga una veintena de casos sospechosos de la enfermedad, que hasta el momento sólo había generado un brote autóctono en Tucumán, con 31 casos en la primera mitad del año.

“Es difícil hacer pronósticos en las infecciones transmitidas por vectores porque la circulación de los virus depende de varios factores, pero si se revisan los datos históricos vemos que el dengue suele presentarse en forma cíclica, como pasó en el país en 2009, 2013 y este año, así que prevemos que este año el problema va a ser el zika y sus complicaciones, y tal vez también la fiebre chikunguña”, alertó el director del Hospital Rawson, Julio Cohen.

Los mayores temores

El avance del zika en las Américas es elocuente: desde que ingresó en 2015 a la región, ya son 46 los países y territorios que reportaron transmisión autóctona vectorial (las únicas excepciones son Chile, Canadá y Uruguay), según los últimos datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS).

Y de ellos, 15 países ya notificaron casos de síndrome congénito por zika, y 10 el aumento de casos de síndrome de Guillain-Barré.

El síndrome de zika congénito puede ocurrir cuando la mujer se infecta durante el embarazo, con mayor afectación del feto si se produce durante los dos primeros trimestres, y en especial en el primero. Incluye malformaciones fetales severas, como microcefalia y microcalcificaciones cerebrales, y alteraciones visuales y auditivas. También se detectaron en niños sin microcefalia trastornos neurológicos que aparecen varios meses después del nacimiento.

En el Guillain-Barré, el sistema inmune ataca al sistema nervioso periférico y puede afectar a nervios que controlan los movimientos musculares. Tiene una importante morbilidad ya que un 20 por ciento de quienes lo padecen quedan con secuelas. La mortalidad ronda del tres por ciento al cinco por ciento, por complicaciones como parálisis de los músculos respiratorios, septicemia o paro cardiaco, según advierte la OMS.

Contra el mosquito

En ese contexto, Cohen enfatizó la necesidad de que en estos meses ya se comiencen a tomar medidas para evitar la proliferación de los Aedes aegypti en Córdoba, que este año ya sufrió la peor epidemia de dengue de su historia. Y destacó que aunque el zika también se transmite por vía sexual, la principal forma de contagio sigue siendo a través del mosquito.

“Estas enfermedades pueden ser prevenidas, pero para eso hay que lograr que la cantidad de Aedes sea muy baja, de modo que no sean suficientes para provocar brotes”, explicó, e indicó que el riesgo de que se produzcan casos es bajo cuando el índice aédico es menor a 2, es decir cuando sólo se hallan larvas del mosquito en menos del dos por ciento de las viviendas. En mayo pasado, el monitoreo realizado en Córdoba arrojó un índice de 12,7.

Para que los mosquitos estén bajo control, se deben eliminar los posibles criaderos. Es decir, todo recipiente que pueda acumular agua, no sólo en el exterior de la vivienda, también en el interior. “Por las encuestas sabemos que la mayoría de la población sabe qué es el dengue y cómo evitarlo, pero aun así las personas no toman el compromiso de descacharrar”, señaló el experto.

El frío no mató los huevos

En la misma línea, el entomólogo Walter Almirón, titular del Centro de Investigaciones Entomológicas de la UNC, advirtió que aunque este invierno fue más intenso y prolongado, no fue suficiente para eliminar los huevos del Aedes Aegypti en Córdoba.

Eso implica que al resistir el frío y la desecación, apenas comienza a elevarse la temperatura y a llover, los huevos que quedaron se activan para transformarse en larvas y luego en mosquitos adultos, capaces de transmitir los virus del dengue, el zika y la fiebre Chikunguña.

“Ya hay que empezar a ocuparse de eliminar los potenciales criaderos y también de mantener ordenados los patios y jardines, porque los mosquitos adultos se refugian en el pasto alto”, indicó.

“Estas medidas pasan mucho por lo cultural”, consideró el director del Rawson, quien reconoció que por el momento la población parece subestimar el impacto de estas enfermedades y no cambia la conducta en lo que hace al control de los mosquitos.

“Minimizarlas es un error”, advirtió y subrayó: “¨Por eso siempre corremos detrás del tren”. “Necesitamos que haya compromiso y solidaridad en la población, sin dejar de lado la responsabilidad del Estado”, concluyó.

 

Fuente: La Voz

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