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Sociedad

En Mendoza: Golpearon a un escritor de La Paz por ser gay

Un joven escritor fue agredido ferozmente en un conocido boliche de Mendoza. Según denunció, el ataque homofóbico fue perpetrado por los “patovicas” del lugar a raíz de su orientación sexual. "Te vamos a hacer cagar por puto", le dijeron.

 

 



 

 

El hecho se produjo el domingo pasado en un local bailable de calle San Martín, en Ciudad. Juan Solá, escritor oriundo de La Paz, radicado en Buenos Aires, había pasado la tarde en Alta Montaña y luego decidió salir a bailar junto a una amiga llamada Maru.

Desde el comienzo, Juan notó que no iba a ser una buena noche. “Maru pagó cincuenta, yo doscientos. Eso es discriminatorio, le comenté a la persona que me vendió los tickets, pero ni me contestó”, recordó. Si bien al principio disfrutó de la fiesta (“Nadie nos miraba, nadie nos juzgaba, eso es lo más lindo de los boliches alternativos”), luego fue a pedir alcohol a la barra y la situación comenzó a complicarse.

 

“A mí ya me había llamado la atención el olor que tenían los vasos, claramente reciclados, posiblemente higienizados con algún desinfectante bien trucho y lo suficientemente tóxico como para impregnarse en el plástico y trepar por la nariz cuando uno se arrimaba el trago a los labios. La cerveza me repugnó y aproveché un viaje al baño para comprar otra cosa. Me compré un vaso de licor, pero no hubo caso: otra vez el olor penetrante (…) como a kerosene con viruta”, señaló.

A continuación, sucedió lo peor. El dramaturgo fue sujetado por unos desconocidos, aparentemente empleados de seguridad, que lo mantuvieron secuestrado en una perversa habitación, sin ventanas ni cámaras, de llamativo color rojo.

“Me envolvieron el cuello con una bufanda de músculos que me robó el poco aire que tenía en los pulmones y me dejó una voz gutural que mal conseguía dibujar palabras en la penumbra eufórica del lugar. Me retorcí y fue como si bailáramos, y a lo mejor por eso nadie prestó mucha atención”, detalló Solá.

 

https://www.facebook.com/juan.sola.textos/posts/10218837306978943

 

Los tipos me acusaban de haberle pegado a una mujer. ‘Así que te gusta pegarle a las mujeres, maricón’, me dijeron, y yo no entendía nada. Te vamos a hacer cagar por puto, repetían una y otra vez, acariciándose el filo de los dientes amarillos con la punta de la lengua. Me acuerdo que pensé que así lucirían las víboras si fueran hombres”, ilustró.

“A mí ya me pegaron antes, por eso supe qué hacer: me puse contra la pared y endurecí la carne, como hacen las orugas cuando se van a convertir en crisálidas”, ejemplificó.

Fuente: Los Andes

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